¿Sabías que en Estados Unidos siete de cada diez personas manifiestan síntomas físicos de estrés? En el estudio, realizado por la American Psychology Association, mencionan síntomas como fatiga, dolores de cabeza, problemas estomacales, tensión muscular, cambios de apetito, rechinar los dientes, entre otros. ¿Te identificas con alguno?

El ritmo de vida que llevamos actualmente ha convertido al estrés en nuestro compañero de vida. Es muy importante diferenciarlo de la ansiedad, que es ese nivel de alerta ante la ausencia de peligro, cuando tenemos una sensación constante de que algo malo va a ocurrir.

El estrés es esa activación corporal y mental cuando valoramos una amenaza externa y cómo nos preparamos para responder ante ella. 

El estrés, en su origen, no es malo, fue lo que nos mantuvo vivos ante las amenazas de la prehistoria y otras épocas hasta hoy. El detalle es que hoy cambiamos la amenaza a nuestra vida por las fechas de entrega de un proyecto, las clases de los niños, el tráfico, etc. 

Nuestro ambiente de vida diaria suele ser muy estresante.

Es importante entender que la respuesta de estrés es necesaria y nos ayuda a adaptarnos. Nuestro problema sucede cuando se prolonga o se intensifica más de la cuenta, derivando en una sobrecarga física y emocional.

Las etapas del estrés

Cuando una situación nos activa el proceso de estrés normalmente suelen ocurrir tres etapas antes de generar síntomas físicos o psicológicos, conocerlas nos permite gestionarnos y responder mejor.

  1. Alarma o huida: en esta fase el estrés es favorecedor, porque nos impulsa a alcanzar nuestro objetivo, el cuerpo y mente se activa en pro de la consecución de la meta o alejarnos si sentimos que la situación es muy estresante.
  2. Adaptación o resistencia: cuando la situación de estrés no se resuelve en el tiempo, nuestro organismo comienza a adaptarse  o resistir, lo que genera una tensión constante en nuestro ser. En este punto empiezan a aparecer los primeros síntomas que nos van mostrando que estamos alcanzando un nivel de  estrés perjudicial.
  3. Agotamiento: tras utilizar todos los recursos posibles nuestro organismo se agota, tanto a nivel físico como mental. El estrés de nuestro organismo envía las señales más evidentes como cansancio, cambios de humor, insomnio, además de las que conversamos al inicio. En este momento el estrés puede tomar una condición crónica, por lo que debemos solucionarlo cuanto antes.

Es importante que estemos claros en que las demandas y nivel de estrés no solo pueden venir de la parte profesional, también personal, psicológica y social.

¿Cómo podemos solucionar el estrés en nuestra vida?

Una de las formas en las que podemos aligerar nuestro estrés es dejar de sentirnos presionados y establecer prioridades a todo lo que necesitamos resolver.

Existe un método que utilizo, tanto de forma personal como con las personas que acompaño, que ayuda a establecer la prioridad de cada actividad que necesitamos hacer es  la matriz de Eisenhower. Esta matriz nos permite identificar qué tan importante son las actividades que tenemos en nuestro día a día y cuál es su nivel de urgencia. 

Al aplicar esta matriz centramos nuestra energía y nos ocupamos de lo realmente es urgente e importante. Además, establecemos una ruta de acción para lo que podemos planificar después.

No podemos evitar que sucedan hechos que nos generan estrés. Lo que sí podemos es trabajar de forma de que se convierta en nuestro aliado  y nos impulse al logro de nuestras metas y objetivos y nos afecte de la menor manera posible ( cuerpo, mente y espíritu) optimizando nuestro tiempo y esfuerzo.

Y a ti,  ¿qué situaciones te generan estrés?, ¿has sentido estrés crónico?, ¿cómo se ha manifestado en tu cuerpo?

Piensa en un día donde te has sentido estresado y analízalo, pregúntate ¿a qué hora inició el estrés? 

¿Qué estuviste haciendo? 

¿Qué pensamientos vienen a tu mente?

¿Cómo reaccionaste?

¿Cómo te sientes al respecto?

Es muy posible que las respuestas a estas preguntas te ayuden a tomar conciencia que te estás exigiendo demasiado, que vas a un ritmo muy alto, que hacer muchas cosas no significa que seamos más productivos.

Coméntame ¿Cómo manejas el estrés diario? ¿Has usado la matriz de Eisenhower? ¡Conversemos!